Folclor urbano
Salvador Estrada
Los reporteros libran una batalla diaria por obtener información y muchas veces arriesgan su vida y no hay protección para ellos, ni para su familia.
Desde 2010 a la fecha han asesinado a 251 periodistas, con la ejecución de los compañeros Elidio Ramos, en Juchitán, Oaxaca, y de Zamira Esther Bautista, en Ciudad Victoria, Tamaulipas, ocurridos la semana pasada.
Así lo da a conocer en un comunicado la Federación de Asociaciones de Periodistas de México, el Club Primera Plana y la Federación Latinoamericana para la Protección de los Periodistas de la Ciudad de México.
La ALDF legisló la Ley para Protección de los Derechos Humanos y los Periodistas, los cuales no se sintieron tomados en cuenta en esa ley y organizaron un foro con académicos, reporteros y maestros para conocer sus puntos de vista al respecto.
Y el resultado de ese foro se le dio por escrito a Manuel Granados, secretario Jurídico del gobierno capitalino, titulado “Propuesta para tutelar el derecho a la información en la Constitución de la Ciudad de México”, a fin de entregarlo al jefe del gobierno, Miguel Ángel Mancera.
Esa propuesta contiene diez puntos, entre los cuales está el de “proteger la integridad y la vida de los periodistas, mediante la creación de órganos especializados para salvaguardar el ejercicio periodístico, así como de leyes específicas que definan mecanismos eficaces, tanto de protección inmediata, como de investigación y persecución judicial de ataques y que establezcan agravantes para funcionarios públicos que atenten contra periodistas y medios de comunicación escritos, electrónicos y digitales”.
Otros de los puntos que presentaron los comunicadores son el derecho a la cláusula de conciencia, garantizar el secreto profesional, el derecho de petición y el de réplica.
Los reporteros confían en que la “Propuesta para tutelar el derecho a la información”, sea bien recibida por los legisladores de la ALDF, a fin de que la Constitución de la Ciudad de México contemple esa protección para los periodistas.
Ojalá y los constituyentes tomen en cuenta que al morir asesinados los reporteros en el cumplimiento de su deber, sus familias quedan en la orfandad y sin protección para que se demande un seguro de vida para los reporteros.