Revelan en Canadá nuevos hallazgos arqueológicos de Tulum

“Hora 14”

Mauricio Conde Olivares

 

Un equipo de espeleobuzos entrenado para el registro arqueológico que trabaja coordinadamente con expertos nacionales y extranjeros, recuperó 98 elementos del esqueleto de Naia.

 

El doctor James C. Chatters, investigador principal y uno de los codirectores del Proyecto Arqueológico Subacuático Hoyo Negro, sitio ubicado en Tulum, Quintana Roo, dio a conocer ayer los nuevos descubrimientos en torno a Naia, el esqueleto humano más antiguo, completo y genéticamente intacto encontrado hasta ahora en el continente americano, en la 82 convención anual de la Society for American Archaeology (SAA), que concluirá el próximo 2 de abril en Vancouver, Canadá.

Se trata de una de las investigaciones más importantes que lleva a cabo el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), a través de la Subdirección de Arqueología Subacuática, cuya titular es la maestra Pilar Luna Erreguerena, quien también dirige el proyecto de Hoyo Negro, donde se aprovechó este encuentro de la crema y nata de la arqueología para dar a conocer sus más recientes hallazgos al más alto nivel.

Mediante diversos estudios y análisis efectuados en laboratorios de México, Estados Unidos y Canadá se sabe que el esqueleto corresponde a una joven de entre 15 y 16 años que vivió hace casi 13 mil años en lo que ahora es la península de Yucatán.

Entre 2014 y 2016, un equipo de espeleobuzos entrenado para el registro arqueológico que trabaja coordinadamente con expertos nacionales y extranjeros, recuperó 98 elementos del esqueleto de Naia. La conservación estuvo a cargo de la maestra Diana Arano Recio y de su equipo en la Sección de Restauración del Centro INAH Campeche. De cada uno de estos restos se tomaron placas de rayos X y tomografías en el Hospital de Especialidades de Campeche.

Los científicos que colaboran en este proyecto, incluidos el propio doctor Chatters, de Applied Paleoscience DirectAMS, en el estado de Washington, y los doctores Vera Tiesler y Andrea Cucina, de la Universidad Autónoma de Yucatán, han trabajado intensamente con estos restos óseos. Como resultado de este esfuerzo colectivo, se sabe ahora que Naia medía 152 centímetros y pesaba un máximo de 50.4 kilos cuando estaba bien alimentada, ya que el estudio de sus dientes y sus huesos largos demostró que a menudo pasaba épocas de carencia extrema.

Asimismo, se sabe que se había roto un brazo, el cual sanó antes de su muerte, la cual ocurrió al caer en la oquedad de 60 metros de diámetro y 55 metros de profundidad, conocida como Hoyo Negro.

Uno de los hallazgos más significativos son múltiples líneas de evidencia, incluyendo el interior de su hueso púbico, que sugieren que Naia pudo haber dado a luz meses antes de fallecer.

A decir de los especialistas, estos hallazgos proponen que la vida de los primeros pobladores de América, o por lo menos de algunos de estos grupos que llegaron a través del Estrecho de Bering, procedentes de Siberia, no fue idílica por encontrarse en una tierra nueva y abundante, sino al contrario, fue sumamente difícil y llena de carencias.

El esqueleto de Naia fue descubierto en 2007 por Alejandro Álvarez, Alberto Nava y Franco Attolini, miembros del Proyecto Espeleológico Tulum (PET), quienes junto con Roberto Chávez Arce y otros miembros del PET, han sido un elemento clave en los trabajos de descubrimiento y recuperación, no sólo de los restos humanos sino de parte de un gran depósito de fauna pleistocénica extinta, que incluye gonfoterio, tigre dientes de sable, perezoso gigante, cánido y oso, y otros animales todavía existentes, como tapir, puma concolor y murciélago, entre otros.

Además del apoyo del INAH para el estudio de Naia, se han recibido otros de National Geographic Society, Childrens’ Orthopedic Hospital de Seattle y la Universidad de California en San Diego, esta última a través del trabajo de Vid Petrovich y su equipo en el área de diseño de softwares para modelos tridimensionales, tanto de los huesos como del propio sitio.

Pasemos ahora a un tema fiscal. Déjeme contarle que para el 1 de julio de 2017 cualquier pequeña empresa que no esté dada de alta en el padrón del SAT no podrá facturar nada, advirtió Yamilee Dávalos Rosillo, gerente de Facturador Contable del PAC Facturador.com.

Las nuevas reglas para la factura electrónica, que sentencian a los comercios informales, están escritas en su nueva versión 3.3 que entra en vigor a partir de julio de este año, y llevan la intención de sacar del mercado a los evasores de impuestos de un día para otro, a menos que se regularicen.

Dávalos Rosillo explicó que con las nuevas disposiciones en el CFDI o factura electrónica, la autoridad fiscal busca prevenir delitos como la evasión de impuestos, fraudes y compra venta de facturas e implica que los PAC no podrán timbrar si el RFC de la persona a la que le hacen el CFDI no está dado de alta en el padrón del SAT.

Los cambios llegan con un costo administrativo muy alto para las empresas, ya que además de un contador, necesitan capacitar a alguien que haga el llenado de CFDI, algo que implica doble gasto, advierte la experta.

Las correcciones a la factura de igual forma tienen como objetivo unificarla, es decir, que no existan textos abiertos sino que todo sea a través de catálogos, lo que significa que el contribuyente puede describir su producto como quiera pero se debe asemejar a una de las descripciones en el catálogo del SAT, que se compone por más o menos 60 mil productos, y contempla una gran variedad de actividades incluyendo las más raras como la venta a perros vivos.

“Con estos cambios el propio contribuyente se hizo una auditoría”, admite la contadora para quien la precisión al momento de elaborar una factura es importante. Los contribuyentes tienen que especificar a detalle la actividad por la que se va a facturar para poder hacerlo.

En otro orden, le informo que ayer a las 13:00 horas, la Fiscalía General de Quintana Roo ofreció disculpas públicas a Héctor Cacique Fernández por los agravios y torturas cometidos en su contra durante su encarcelamiento y proceso judicial del que fue absuelto el pasado mes de septiembre del 2016. Este acto se realizó en las oficinas de la Comisión de Derechos Humanos en Cancún.

El caso de Héctor Cacique tiene una particularidad en México, debido a que ha sido el primero en donde al ser aplicado el “Protocolo de Estambul” se consiguió demostrar la tortura como método para extraer las declaraciones del inculpado y con eso desestimar las supuestas evidencias que había presentado la Procuraduría de Quintana Roo en su contra. Es decir, debido a este protocolo, especialistas internacionales constataron que Héctor Cacique fue denigrado y torturado para obligarlo a firmar los documentos donde acepta haber cometido delitos.

El Protocolo de Estambul es una guía que contiene las líneas básicas con estándares internacionales en derechos humanos para la valoración médica y psicológica de una persona que se presuma o haya sido víctima de tortura o algún mal trato. Su aplicación requiere reconocer el contexto en el que se dan los hechos, es decir, realizar una investigación psicosocial y documentar la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos y Degradantes.

La iniciativa internacional fue elaborada por más de 75 expertos representando a más de 40 organizaciones de 15 países y fue presentada al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos el 9 de agosto de 1999 y adoptada en el año 2000, pero lo anterior será motivo de posterior análisis en otra entrega de Hora 14.

mauricio_conde@msn.com

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