- Una tropa de 35 bailarines, saltimbanquis, acróbatas, cantantes y payasos le dio vida a este collage cinético del Cirque Du Soleil que, más que una reinvención, se tornó como un espacio de reencuentro entre la música de Gustavo Cerati y sus seguidores
- El Domo de Cobre vive un viaje maravilloso
Asael Grande
El Domo de Cobre, lugar donde Soda Stereo tocó varias veces, recibió con creces la majestuosa producción del Cirque du Soleil “Sép7imo Día – No descansaré”, espectáculo basado en la obra de Soda Stereo (que se presentará en el Palacio de los Deportes hasta el próximo 23 de diciembre), que llevó al público mexicano por un viaje magistral, por la música de la icónica banda argentina al nivel de las afamadas producciones de la compañía canadiense.
Previo a la función de estreno en México de Soleil “Sép7imo Día – No descansaré”, desfilaron por la alfombra roja, personalidades del medio artístico, así como del medio del rock nacional, tales como La Castañeda, DLD, María Barracuda, Daniel Gutiérrez (La Gusana Ciega), Botellita de Jerez, Vetusta Morla, Playa Limbo, Banda de Turistas, entre otras agrupaciones.
La sorpresa de la alfombra roja, fue la presencia de los ex integrantes de Soda Stereo, Charly Alberti, y Zeta Bosio, con quienes DIARIO IMAGEN platicó: “es una noche especial, es fabuloso sentir nuevamente el calor y el cariño de la gente acá en México, las tres ciudades (Guadalajara, Monterrey y CDMX) han sido espectaculares, así que estamos alegres, creo que Cerati estaría muy contento, porque todo lo que hicimos fue con el corazón, tratando de dar lo mejor en cada momento y en cada canción, y trabajamos como si hubiéramos trabajado los tres juntos, “Sép7imo Día” irá a Los Ángeles, Miami, y posiblemente regrese a Sudamérica”.
Por su parte, Zeta Bosio, comentó a este diario que “es un orgullo presentar este espectáculo en México, estoy alegre y feliz de estar en CDMX, una ciudad que queremos tanto, y con un espectáculo tan lindo, volviendo a escuchar las canciones de Soda Stereo a todo volumen con un show mágico, el público mexicano es muy caluroso, los chilangos tienen lo suyo”.
Una tropa de 35 bailarines, saltimbanquis, acróbatas, cantantes y payasos le dio vida a este collage cinético del Cirque Du Soleil que, más que una reinvención, se tornó como un espacio de reencuentro entre la música de Soda Stereo y sus seguidores, desde el comienzo, el espectáculo “Sép7imo Día” lleva a los asistentes por una historia que comienza con un joven atrapado en una jaula. El riff de “En el séptimo día”, inoculado por la vía de unos audífonos que le caen del cielo, eleva al personaje a un mundo de color, fantasía, aventura, música y extravagancia. Esta premisa básica es el argumento que dispara la sucesión de actos circenses, el joven liberado, L’Assoiffé (el Sediento), está atrapado en lo que podría ser una metáfora de la opresión de la dictadura militar argentina.
Lo que prevalece en “Sép7imo Día” es una sucesión de golpes de efecto, himnos pop imbatibles, coreografías y destrezas acrobáticas. Sublime las voces del inicio de Cerati, Alberti, y Bosio en lo que es un “triángulo sagrado”, al que alude la voz en off del comienzo. Hay un viaje en el tiempo que atraviesa el show, desde las fotos de infancia de los tres músicos que se proyectan en LED sobre ruedas gigantes hasta la simbología naturalista que se va desplegando sobre los compases de las canciones, en el que una réplica de la Floralis Genérica se abre para develar a una equilibrista.
Destacan en el escenario reminiscencias de los orígenes musicales de Soda Stereo, y de su carrera musical: la nave espacial del video de Zoom, un misil, y un revólver, la ciudad de la furia, y la encantadora sobredosis televisiva, pantallas cilíndricas, un clown marplatense, al tiempo que otros actos logran conciliar lo mejor de los dos mundos y llevar el arte musical de Soda Stereo a zonas interesantes: Por ejemplo, en “La ciudad de la furia”, un artista ejecuta un acto de cadenas aéreas impregnado de rock mientras otros dos realizan un número de calistenia callejera de alta intensidad sobre una gran rejilla metálica. Este número constituye una referencia directa al icónico video en “La ciudad de la furia”. En el tema “Hombre al agua”, se aprecia una enorme pecera de más de 6 metros de alto, en una metáfora de un compositor que encuentra inspiración en medio del proceso creativo de una nueva canción. El agua en la que se sumerge el artista de buceo libre (apnea) recrea la sensación del útero materno.
Signos suena maravillosa, cautivadora, una rueda acrobática aparece en una combinación de técnicas de cuna rusa de rotación con habilidades de manipulación de objetos. El receptor, sujeto entre las ruedas gigantes, se convierte en un trapecio humano y hace girar y atrapa a su compañero en el aire. Este cuadro explora los lazos de la hermandad y los conflictos que en ocasiones surgen en la amistad.
“Sép7imo Día – No descansaré”, combina la música de Soda Stereo, con un gran despliegue físico y artístico del Cirque du Soleil, que conjuga cuadros acrobáticos y artísticos, en lo que ha sido el resultado de dos años de un extraordinario trabajo conjunto entre los miembros de la banda, sus representantes, reconocidos músicos y el equipo creativo de Cirque du Soleil, un show mágico que regresa la esencia de Soda Stereo, pero sobre todo, la presencia del gran Gustavo Cerati, en un profundo encuentro con el público mexicano, porque en el “Sép7imo Día”, nació Soda Stereo.
Una voz en “off” relata parte de la historia de la agrupación, de la que fuera pieza importante Gustavo Cerati, quien falleció en 2014 tras haber permanecido en coma cuatro años, y explicó al público que ahora forma parte de un triángulo al que sólo podían entrar Cerati, Alberti y Bosio.