Corre la voz
Jorge Castro Noriega
Si bien ha dicho ella que no le interesa participar en el proceso para la sucesión de la gubernatura de Quintana Roo, que su prioridad es sacar adelante la encomienda que le otorgaron los ciudadanos de su municipio, la alcaldesa de Solidaridad, Lili Campos, carta del Partido Acción Nacional, se acaba de subir a ese tren. O la subieron.
Es cierto que la seguridad es un asunto de interés para todos, pero lo que parecía ser una simple entrega de patrullas por parte del gobierno del estado al segundo municipio turístico más grande e importante del estado, la semana pasada, se convirtió para los ojos entrenados en las lecturas políticas en un fuerte espaldarazo a Campos Miranda que la ha puesto, quiera o no, bajo los reflectores.
¿Por qué habrían los titulares de los tres Poderes del estado haber estado presentes en un evento, al que podrían haber asistido representantes, como por lo general se acostumbra?
¿Por los buenos resultados que parece ser que está dando Lili Campos en los pocos meses que lleva al frente del Ayuntamiento, cuya antecesora se lo dejó -por cierto- hecho pomada en materia de seguridad, deudas y una rampante corrupción?
Pudiera ser, pero como en política no hay casualidades y en vista de que se acercan los tiempos de las definiciones para sacar el candidato de la alianza que se supone habrán de conformar el PAN, PRI y PRD, llamó poderosamente la atención que los jerarcas del Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial, coordinaran sus siempre abultadas agendas para coincidir, si es que acaso fue coincidencia, en un respaldo público a las tareas de seguridad de Solidaridad… pero también a su presidenta.
Hasta hace poco, sólo la senadora panista Mayuli Martínez figuraba como prospecto del PAN a la candidatura a la gubernatura de la coalición “Va por Quintana Roo”, pero de la nada el nombre de la abogada Lilí Campos comenzó a aparecer en las encuestas de posicionamiento, donde parece que los panistas no están muy de acuerdo en que sólo se les ponga una carta sobre la mesa y no haya una mejor mano para jugar.
Mayuli Martínez, quien se ha convertido en el ajonjolí de todos los moles y pregona en solitario en sus recorridos por todo el estado que ella es la favorita del blanquiazul y que ya está “palomeada” por la dirigencia nacional, no las trae ya todas consigo y no debería sentirse tan segura de eso.
Fracasó como coordinadora general de las campañas a las Presidencias Municipales y los municipios que ganó el PAN: Solidaridad e Isla Mujeres, no fueron precisamente por su buen desempeño. Y a eso, hay que sumarle la insistente versión que aún circula hasta estos días, en que desvió a su proyecto personal los recursos que le dieron en Ciudad de México para operar las campañas y hacer ganar a sus candidatos.
En su pretenciosa aspiración por la silla grande de Palacio de Gobierno, la senadora acapara espacios en radio, redes sociales y espectaculares, donde promueve copiosamente su imagen y su trabajo, supuestamente, que ha hecho a favor de los quintanarroenses en el Senado. Y encarrerada como va, tampoco tiene rubor alguno en “fusilarse” logros ajenos como el de traer al estado al Batallón de Seguridad Turística.
Carlos Joaquín, Eduardo Martínez y Antonio León, titulares de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, como sólo en ocasiones muy especiales se les ha visto juntos, abanderaron la entrega de más de 200 patrullas nuevas para la Policía de Solidaridad, en lo que fue interpretado por los observadores como un arropamiento político de mucho peso y nivel a Lili Campos, quien coincidentemente, si es que acaso fue coincidencia, vestía ese día de azul y blanco, los colores insignia del Partido Acción Nacional.
¿Que tiene posibilidades la recién estrenada alcaldesa solidarense de colarse a la “grande”? Ya vimos que sí. Falta que ella quiera y se decida.
Por lo pronto, todo el “punch” de los que mandan en el estado y en el partido, ya lo tiene.
