A tiempo..!
Vladimir Galeana Solórzano*
De acuerdo a informes preliminares realizados por los servicios de inteligencia en Estados Unidos, en la Península de Yucatán existen al menos cuatro cárteles del crimen organizado dedicados al narcomenudeo y la trata de personas: Cártel de Sinaloa, Cártel Jalisco Nueva Generación, Cártel del Golfo y células menores como “Los Pelones”, “Los Talibanes” y “Los Zetas”. Esta circunstancia es grave porque pareciera que hasta ahora el gobierno encabezado por Andrés Manuel López Obrador ha abdicado de su responsabilidad de otorgar seguridad pública a los mexicanos.
Y señalo al Presidente de la República porque es a quien le compete la lucha contra este flagelo social, porque cometen delitos federales aunque actúen en lo local. El narcomenudeo, narcotráfico, la extorsión y el “cobro de piso” son los delitos que mayormente se presentan, y lo más grave es que la Federación ha abdicado de su responsabilidad porque sin lugar a dudas fueron ellos quienes llevaron al triunfo al actual mandatario y siguen operando para consolidar la presencia de la mal llamada Cuarta Transformación en todos los rincones del suelo patrio.
Para decirlo más claro, estamos viviendo un negra etapa en la que delincuencia y gobierno se han asociado para mantener la hegemonía en la mayor parte de este país, abarcando todas sus regiones y entidades federativas. Con esto quiero señalar que efectivamente el Movimiento Regeneración Nacional ha ganado elecciones por la fortaleza de la delincuencia organizada como lo hizo el Cártel de Jalisco Nueva Generación para que ese partido se alzara con el triunfo en la gubernatura de Michoacán como lo denunciara Silvano Aureoles, información que fue desestimada por el propio Presidente de la República en sus conferencias mañaneras.
Por desgracia, los servicios de inteligencia en el Cisen han detectado la actividad de cinco grupos delincuenciales en la zona más turística del país. En Quintana Roo, la delincuencia organizada detenta la venta de drogas y el narcomenudeo, pero han ampliado sus actividades hacia el “cobro de piso” y los delitos considerados de alto impacto como es el caso de robo a transportistas y la trata de personas. El problema es que la fragmentación de las organizaciones criminales en los últimos años ha hecho más difícil su erradicación y ha crecido el impacto que provocan en la sociedad.
No es un problema menor, pero la gravedad de esta circunstancia es que a la Federación muy poco le ha importado la febril actividad de los cárteles porque el mismo Presidente de la República decidió abdicar de esa responsabilidad dejando a merced de la delincuencia a los mexicanos de todas las latitudes. Esa lamentable realidad es producto de la estrategia de permanencia de quien por ahora rige los destinos del país, y quien durante mucho tiempo recibió apoyos económicos para mantener su activismo para alzarse con el poder Presidencial.
México, por desgracia, es ahora un “narcoestado” y vale la pena insistir en que no es competencia de los gobernadores el combate al crimen organizado, porque los delitos que cometen las bandas criminales y la venta de drogas de todo tipo es materia federal. Esa es la circunstancia que nos ha construido Andrés Manuel López Obrador, quien siempre ha mantenido vigentes los lazos con quienes le ministraron dinero en suficiencia para alzarse con el poder. Así de simple nuestra lamentable circunstancia. Por desgracia somos un “narcoestado” construido por el actual mandatario federal. Al tiempo.
* Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. en Periodismo por la Carlos Septién. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Ex presidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con 50 años de experiencia en diversos medios de comunicación.