Por la Derecha..!
Luis Ángel García
Involuntariamente, el inquilino de Palacio Nacional catapultó a la candidata opositora Xóchitl Gálvez y hasta perdió el control de la agenda nacional, pero un nuevo distractor le permitió desinflar a la hidalguense y recuperar el manejo de la opinión pública. El no citar varios párrafos en su informe, que no tesis, sobre experiencia profesional le ha costado a la exitosa empresaria que irrumpió recientemente en la política, varios puntos en su aceptación y creó cierto desencanto entre sus simpatizantes y posibles sufragantes.
A diferencia del error estratégico que cometió el Presidente cuando literalmente cerró las puertas de su castillo medieval a la ciudadana Gálvez, lo que le permitió a la senadora convertirse en un fenómeno de comunicación y ganar la candidatura opositora, una bien planeada campaña de desprestigio dio en el blanco y, cuando menos, le permitió al tabasqueño emparejar el marcador. Efectivamente, Xóchitl Gálvez fue un producto mediático, una figura nueva en el escenario político nacional, pero no contó con el apuntalamiento de los partidos para cristalizar una verdadera alternativa de gobierno rumbo al 2024. Así como un trabajo periodístico dañó la imagen de la ministra Yasmín Esquivel por los supuestos plagios en sus tesis de licenciatura y maestría, una investigación googlera descubrió los párrafos apócrifos en el informe profesional de la ingeniera, empresaria y política que pretende sacar a la 4T del ex palacio virreinal. Contrario al caso de la integrante de la Suprema Corte que aguantó estoica la andanada mediática y ante su buena defensa legal y la pasividad de las autoridades universitarias, Gálvez parece que resultó un tigre con pies de barro. Respondió bien de botepronto, pero no contó con estrategas políticos que la cuerpearan ante este nuevo embate de la 4T.
Más allá del efecto del daño a la candidata que representaba una esperanza de cambio verdadero, el error de la especialista en edificios inteligentes posibilitó que el mandatario le arrebatara el manejo de la agenda pública y retomara el control de los asuntos que a él le interesan, más allá de los verdaderos problemas nacionales, cuya resolución le competen y demandan los ciudadanos.
Ahora, los medios y los políticos opositores están entretenidos en defender a Xóchitl, pretenden exhibir a la “corcholata” favorecida también como plagiaria y hasta al mismo Presidente, que en su tesis toma textos originales que hace aparecer como propios. Mientras tanto, el mandatario presume sus elefantes blancos, sus inacabadas obras faraónicas como grandes logros y nos entretiene con el suspenso sobre su candidato a jefe de Gobierno en la CDMX. Retomado el control de la narrativa oficial, se da el lujo de criticar a la ONU, desdeñar una invitación a la reunión de las 21 economías más importantes del mundo e impulsar al bloque socialista de América Latina.
Ni hablar de la corrupción en su administración, de los problemas de ingobernabilidad en Chiapas, de los adoctrinadores libros de texto, del desprecio a la división de poderes y el hostigamiento a ministros y jueces, de los paneles internacionales por controversias con nuestros socios comerciales, de la crisis migratoria que cada día se agrava más, de la quiebra de Pemex y el próximo desabasto de combustibles en el país.
Pasó también a segundo plano la violencia en el país, la pérdida de la gobernanza en muchos municipios y estados, los más de 165 mil homicidios dolosos en sólo cinco años, los cien mil desaparecidos, los desplazamientos forzados de comunidades enteras, lo preocupante que es que el crimen organizado sea el quinto empleador en México. Benditos distractores.