Clima extremo sin precedente
- Prevén autoridades que habría más víctimas ante el gran número de desaparecidos
El número parcial de personas muertas por las inundaciones en España asciende a 158, hasta este jueves, de los cuales 155 perdieron la vida en la provincia de Valencia, otros 2 en la de Castilla-La Mancha y 1 más en Andalucía, pero a esta hora sigue habiendo una cifra indeterminada de desaparecidos y la emergencia continúa.
El último recuento facilitado por Emergencias de la Generalitat Valenciana eleva en las últimas horas a 155 el número de víctimas mortales y puede aumentar, a medida que los equipos de intervención y rescate consiguen acceder a las zonas afectadas.
Una de las localidades más perjudicadas de la provincia fue Paiporta, apenas a diez kilómetros de la capital valenciana, donde fueron recuperados los restos mortales de unas 45 personas según cálculos municipales. En otros municipios, como La Torre y Castellar, se contabilizaron 13.
Mientras, en la región de Castilla-La Mancha los fallecidos son dos, aunque hay un número indeterminado de desaparecidos, además de importantes destrozos.
En Andalucía, la víctima es un británico que residía en Málaga y falleció poco después de llegar al hospital, pero las inundaciones también afectaron a un número indeterminado de personas.
De hecho, más de un millar fueron rescatadas en distintos puntos de la región.
Las imágenes devastadoras que deja la depresión aislada en niveles altos (Dana) a su paso muestran calles convertidas en ríos, coches amontonados como si estuvieran en un desguace o muros destrozados con el mobiliario de las casas flotando en estanques de barro.
Este jueves es el primero de los tres días de luto oficial decretado por el gobierno, cuyo presidente Pedro Sánchez visitó en la localidad de L’Eliana (Valencia) el Centro de Coordinación Operativo Integrado desde el que se coordinan las labores de emergencia, y garantizó la colaboración de su gabinete con el ejecutivo regional “por tierra, mar y aire” y todo el tiempo que haga falta.
Detectan que se podría desatar un clima extremo sin precedentes
Un mundo donde los inviernos europeos son tan gélidos que paralizan la vida, donde las lluvias monzónicas asiáticas se vuelven erráticas y las sequías asolan América del Sur podría convertirse en nuestra realidad si la Circulación Meridional Atlántica (AMOC), una corriente oceánica fundamental para regular el clima global, colapsa.
La AMOC, a menudo descrita como la “cinta transportadora” del océano Atlántico, desempeña un papel crucial en la redistribución del calor desde las regiones tropicales hacia las latitudes más altas. Esta corriente, impulsada por diferencias de temperatura y salinidad, actúa como un termostato natural que estabiliza el clima del planeta. Sin embargo, el calentamiento global está poniendo en peligro este delicado equilibrio.
Un equipo internacional de científicos, liderado por el renombrado climatólogo Michael Mann, lanzó una alerta sobre el inminente colapso de la AMOC. Sus investigaciones, respaldadas por una sólida base de datos y modelos climáticos, sugieren que este evento catastrófico podría ocurrir a finales de siglo si no se toman medidas drásticas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
¿Qué consecuencias tendría el colapso de la AMOC?
Las implicaciones son de una magnitud inimaginable. Europa experimentaría inviernos mucho más fríos y veranos más cálidos, lo que tendría un impacto devastador en la agricultura y la infraestructura. Las regiones costeras de América del Norte y Europa se enfrentarían a un mayor riesgo de inundaciones debido al aumento del nivel del mar.
En el otro extremo del Atlántico, las sequías se intensificarían en regiones como el Sahel y el noreste de Brasil, poniendo en peligro la seguridad alimentaria de millones de personas. Los patrones de precipitación se alterarían en todo el mundo, provocando inundaciones en algunas áreas y sequías en otras. Además, el colapso de la AMOC podría desencadenar una serie de eventos en cadena que afectarían a otros sistemas climáticos, como el monzón indio y el El Niño.
¿Por qué está a punto de colapsar la AMOC?
El calentamiento global, causado principalmente por las emisiones de gases de efecto invernadero provenientes de la quema de combustibles fósiles, es el principal culpable. El aumento de las temperaturas está derritiendo los glaciares de Groenlandia, lo que a su vez libera grandes cantidades de agua dulce en el Atlántico Norte. Esta agua dulce, menos densa que el agua salada, debilita la circulación de la AMOC.
Además, el calentamiento de las aguas superficiales del Atlántico reduce la diferencia de temperatura entre las regiones tropicales y polares, lo que también contribuye a debilitar la corriente. Los científicos advierten que si la AMOC continúa debilitándose al ritmo actual, podría alcanzar un punto de inflexión y colapsar por completo.