Regreso de Trump atemoriza a migrantes, pero no se detendrán

 

Sólo reajustarán sus planes

 

  • Recurrirán más a los servicios de traficantes, con sus riesgos, señalan expertos

 

Restringir aún más las ya limitadas vías legales de entrada a Estados Unidos para migrantes, sólo hará que estas personas, en la gran mayoría de los casos, se pongan en manos del crimen organizado, pues el tráfico de migrantes es uno de sus negocios más lucrativos.

 

Luego de la confirmación del regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos en los próximos 4 años, donde habrá, sin duda, un endurecimiento de la política migratoria, miles de extranjeros indocumentados sólo reajustarán sus planes y recurrirán más a los servicios de traficantes, coinciden los expertos en el tema.

Restringir las ya limitadas vías legales de entrada a Estados Unidos sólo hará que estas personas, en la gran mayoría de los casos, se pongan en manos del crimen organizado, pues el tráfico de migrantes es uno de sus negocios más lucrativos.

Los posibles afectados son hombres, mujeres y niños de decenas de países. Muchos están en camino hacia la frontera norte de México, aunque tuvieran que venderlo todo para financiarlo, incluso sus casas.

La Organización Internacional para las Migraciones calcula que hay unos 281 millones de migrantes en el mundo, el 3,6% de la población mundial. Según su informe anual, cada vez más personas se verán desplazadas por motivos políticos, económicos o por la violencia, y cada vez más migrantes buscarán asilo.

Y advierte que cuando las personas no encuentran vías legales, empiezan a buscar “canales irregulares que son extremadamente peligrosos”.

Migrantes, los grandes perdedores

 Martha Bárcena, embajadora de México en Estados Unidos durante parte del primer gobierno de Trump, reconoció que los migrantes fueron los grandes perdedores de sus políticas y que eso podría volver a ocurrir.

“El crimen organizado es el mayor beneficiario, porque ya los ingresos por tráfico ilícito de personas son iguales o superiores a los ingresos de tráfico de drogas”, afirmó.

Por su parte,  Mark Hetfield, CEO de la organización de apoyo a refugiados con sede en Estados Unidos, señaló que más restricciones en el ya difícil proceso, tal y como Trump ha anunciado, dejarían a todos los migrantes en una situación mucho más vulnerable y con pocas opciones,

“Significaría que no tienen a dónde ir porque hay muchos, muchos países en el hemisferio donde no existe un sistema de asilo o donde aunque puedas recibir refugio, eso no significa que necesariamente estés a salvo”, señaló.

 El fantasma de las deportaciones masivas

 Donald Trump lanzó una amenaza de deportaciones masiva durante su anterior presidencia, aunque no la cumplió, aun así, supone una preocupación real.

Los retornos a países como Cuba y Venezuela podrían complicarse por los conflictos diplomáticos con esos países, aunque el mandatario venezolano emitió el miércoles un mensaje conciliador de felicitación a Trump. En Haití, defensores de los derechos humanos exigieron el jueves a todos los países, incluido Estados Unidos, que detengan las deportaciones debido a la crisis interna que vive el país.

Pero, sin duda, ningún lugar se verá más afectado que México. De los 11 millones de mexicanos que viven en Estados Unidos, unos 5 millones no tienen su situación migratoria legalizada. Y las deportaciones masivas sacudirían las finanzas de millones de familias mexicanas y de toda la economía nacional porque los mexicanos enviaron a sus casas el año pasado más de 63.000 millones de dólares en remesas, la mayoría desde Estados Unidos.

El gobierno de México dice estar preparado para lo que pueda venir, pero los defensores de los migrantes y los directores de albergues en México afirman que no han oído hablar de ningún plan de las autoridades para hacer frente a un gran número de deportados.

“La sociedad civil no está en condición de recibir esa cantidad de gente”, dijo Rafael Velásquez García, director para México del Comité Internacional de Rescate. “Y seamos honestos, es la sociedad civil la que lleva en los hombros la mayor cantidad de la respuesta humanitaria hacia gente deportada y gente de tránsito”.

México necesita prepararse para todo tipo de presiones procedentes de la futura administración Trump, advirtió Carlos Pérez Ricart, profesor de relaciones internacionales en el centro de investigación pública mexicano CIDE.

“Lo que México tiene que aceptar es que nuestro país va a ser país de retención de migrantes, quieran o no”, aseguró. “Trump va a deportar miles de personas, sino millones, y va a impedir el flujo de migrantes”.

Experiencia en el primer gobierno de Trump

Durante el primer mandato de Trump, las ciudades fronterizas mexicanas estaban saturadas de migrantes. Los cárteles se cebaban en ellos: los secuestraban, extorsionaban a sus familias, los reclutaban a la fuerza para que formaran parte de sus filas. Llegaban cientos cada día, y miles de personas se veían obligadas a esperar en México el proceso de solicitud de asilo estadounidense, que puede durar años.

El gobierno de Joe Biden puso en marcha un programa, llamado CBP One, que puso algo de orden. Desde su introducción a principios de 2023, los migrantes ya no tienen que presentarse en el puesto fronterizo para concertar una cita, sino que pueden hacerlo a través de internet y desde sus propios celulares. Los albergues fronterizos, antaño desbordados, se han vaciado y muchas familias hacen todo lo posible por seguir la vía legal.

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